En primer lugar apostamos por este término porque ha empezado a utilizarse por propia iniciativa de los afectados.
Pretende sustituir a otros términos cuya semántica puede considerarse peyorativa, tales como «discapacidad» o «minusvalía».
Se propone un cambio hacia una terminología no negativa, no rehabilitadora, sobre la diversidad funcional.
El término Diversidad Funcional propone una visión positiva de la «discapacidad» hablando de “diferentes capacidades”, no de deficiencias, limitaciones ni restricciones, y con éste término evitamos las diferenciaciones peyorativas como minusválido= menos válido.